Saturday, March 17, 2007

Mis disculpas

Bueno, lamento el tiempo que dejé en veremos este blog, es que como veran en mi perfil, también vivo de la pedagogía y ese lado me tenía atareada; por lo mismo les dejo un escrito sobre por qué me dedico a enseñar... no sé si les agrade, pero es lo que de adentro expulso.

¿Por qué estudio pedagogía?.

Cuando pienso en lo que a mi futura profesión pedagógica se refiere, puede haber resultado de algo un poco patológico (entendido como pasión desenfrenada) si analizo que por el mundo que pude conocer gracias a un profesor en mi infancia, adolescencia y parte del tiempo que llevo estudiando. La pedagogía en esa época significaba oportunidad: esfuerzo y sueños por cumplir con mezclas de genialidad y disciplina, como un libro te despierta las ideas, pinta de colores y formas dispares a los pajaritos erráticos que a veces resultamos ser mientras dormitábamos en el colegio. Esa oportunidad que específicamente me llevó a querer como una locura ser profesora, pero no de historia, sino de filosofía, para devolverle al mundo lo bueno que me hicieron, ser responsable de los cambios a lo mejor anónimos como esos proverbios que en general resultan sabios y sin tiempo, siempre útiles… trascendentes.

Ciertamente, ser profesora de filosofía es bastante distinto de historia, en ambas se piensa pero uno viaja por el mundo de las abstracciones, axiomas, silogismos y conclusiones mil y una veces refutables; el otro se refuta y está lleno de “interpretaciones”, pero algo me inclinó a este placer de enseñar (porque he tenido la experiencia, por fortuna, de trabajar antes de tener el título) esta ciencia social y es por su aplicabilidad a la contingencia: el mundo no necesita de tener las plazuelas llenas de entes contemplativos casi todo el día, también se requieren escritores, artistas, trabajadores de todo tipo (tanto en el civil como uniformado) y obviamente profesores. Lo que me motiva cada día es la posibilidad de potenciar la conciencia para la formación del uno mismo, la necesidad de ser parte de la plenitud del ser humano, no viéndome como una ”validadora del sistema”, que ciertamente así es, sino como decía Hörderling en un verso hacia los poetas, pero yo creo que es más cercano a los profesores porque somos los que tenemos mayor acceso a esos futuros ciudadanos, personajes del mundo, “los guardianes del mito”, en este caso de la tradición porque finalmente “de lo que hoy se empieza a pensar depende lo que mañana se vivirá en las plazuelas” (Ortega y Gasset), y si vivimos entre permanencias y cambios es bueno ser parte del guía que los lleve a ser buenas personas entendiendo su contingencia, interpretándola y proyectándola.